La “Agapitada” fue un clamor de indignación, la Romareda entera vibró con una unidad que hasta los más viejos del lugar habían olvidado. Miles de gargantas y un solo corazón gritando al unísono ¡Agapito, vete ya!
La protesta ha servido para salir en la prensa, para que hablen de nosotros en los medios locales y nacionales, para que una gran cantidad de gente conozca lo que está ocurriendo aquí, ha servido para salir del autismo, para volver a unir a la afición, para resucitar de entre los muertos. Y eso, por si solo ya ha merecido la pena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario