Caminar sin rumbo, sin dirección, salpicar agua mientras caminas por la playa, sentir el frescor del gran océano, jugar con las olas, reírse del viento. Miras al horizonte y quieres alcanzarlo, estiras la mano como si lo pudieses tocar, y sabes lo difícil que puede ser. Conoces todos tus obstáculos, todo lo que te impide llegar. Caminas con el fin de alcanzarlo. Y sabes que es posible que te pares a mitad del camino, que llegues, o que sea imposible. Miras al cielo azul celeste manchado del motas blancas, y sonríes a las estrellas, vergonzosas por salir, tienen miedo al sol, pero tienes la certeza de que están ahí, siempre con nosotros, conmigo, formando parte de mí.
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