En este mundo de disfraces y antifaces,lo más puro se vuelve confuso y se nos hace difícil distinguir lo real de lo trivial,lo banal de lo esencial.
A veces un enfado es más honesto que una sonrisa disfrazada de mentira,una palabra dura es más sincera que una caricia ficticia que se disuelve en la rutina de la vida.
A veces no valoramos la HONESTIDAD de las personas que aún conservan la verdad,nos dejamos llevar por lo que dicen los demás,se nos hace más fácil creer en la gente con disfraz.
Y al final,cuando ya nadie tenga disfraz,cuando solo te queden tus ganas de amar,tal vez te encuentres solo pensando los días de tu vida en que encontraste el amor y no lo supiste valorar,porque era más sencillo flotar que arriesgarse de verdad que entregarte hasta el final.No te dejes engañar,observa muy bien después de mirar.
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